Por enseñarme que el futsal no es solo un juego, sino una pasión que nos une.
Por llevarme a cada entreno, por apoyarme en cada partido y alentarme cuando estaba desanimado, cúando ya no quería seguir.
Por inculcarme que el futsal nos enseña valores importantes no solo para el deporte sino para la vida
Por todo eso y más…
¡GRACIAS PAPÁ!
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